Imagen Hemeroteca Archivo Municipal de Murcia: Diario de Murcia, 28-06-1885, página 2.
El 9 de julio de 1885 fallecía en Aljucer Ceferino Martínez Cárceles.
Bautizado en la parroquia de Corvera en septiembre de 1836, debido a que su padre, de origen palmareño (Juan Martínez Poveda) estaba destinado allí como barbero. Ceferino a los 21 años se fue a vivir a Aljucer, junto a su prometida Olaya Roldán Marín, contrayendo matrimonio al poco tiempo.
Allí siguió ejerciendo el oficio que heredó de su padre, además de realizar de forma extraordinaria labores de practicante, e incluso llegó a ser alcalde pedáneo.
Pero la desgracia se cebó con esta familia en el verano de 1885. A mediados de junio apareció un brote epidémico de cólera en la ciudad de Murcia, siendo controlado casi cuatro meses después. La enfermedad tuvo su origen unos meses antes, tras recalar en Alicante un barco procedente de Orán. El total de fallecimientos en nuestro municipio ascendió a 2.300 personas. Decir que el Dr. Tomás Maestre Pérez, fundador de la saga de los Maestre, encontró un tratamiento de urgencia para la enfermedad en la ciudad, consiguiendo con ello un menor número de contagios. El Diario de Murcia, en su edición del 28 de junio, elogiaba la labor de Don Ceferino. El tratamiento que empleó con los enfermos de este partido y de fuera, hizo que de una infinitud de coléricos graves, a quienes asistió, fallecieran muy pocos, ayudándole el joven barbero don Blas Galián González. ¡Gloria, pues, a estos héroes de la caridad, que desinteresadamente, se sacrifican en bien de sus hermanos!.
Días después, el mismo diario daba cuenta del fallecimiento de Ceferino, víctima del cólera. "Su esposa le siguió a la tumba a las pocas horas. Dejan en el mundo doce hijos en la miseria. Ceferino ha sido muchos años, por sus conocimientos prácticos de medicina, consuelo y auxilio de los partidos rurales de Aljucer, la Alberca, San Benito y otros, cuando en estos partidos no había médico municipal".
La epidemia dejó a muchos niños huérfanos y entre ellos a los hijos de Ceferino; oficialmente eran Rosario, Concepción, Victorina, Ernesto, Delfina, Rogelio y Alfredo. La prensa local se hizo eco de la noticia, pidiendo un hogar para que fueran acogidos, pero finalmente se irían a vivir a El Palmar en casa de algún familiar. Todavía hoy algunos descendientes de Don Ceferino aún recuerdan vagamente lo que les contaron sus mayores, de su bisabuelo. Como a Paco "el Ceferino", de El Palmar.
En el pueblo de Aljucer, Ceferino se comportó de forma heroica, dando la vida para salvar a innumerables vecinos, que agonizaban por la enfermedad, acto que a día de hoy permanece olvidado, sin haber ninguna placa que lo recuerde.
Desde la asociación PatrimoniAljucer, se tiene la intención de realizar próximamente un merecido homenaje a Don Ceferino, adhiriéndose también La Asomada de El Palmar.
Félix Martínez
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